Para escribir
Para escribir hay que estar dispuesta a borrar, a repetir, a reorganizar, a descartar, a releer y a volver a empezar.
Para escribir hay que estar dispuesta a aislarse, a ensimismarse, a tener la voluntad de desconectarse del aturdimiento para que las ideas se entretejan al servicio del proyecto.
Para escribir hay que estar dispuesta a aceptar que el trabajo no consiste en teclear. Se trata, sobre todo, de contemplar, escuchar, conversar, leer, meditar, pensar, investigar, apuntar y saber renunciar.
Para escribir hay que estar dispuesta a comparar el proceso con el de la edición de una entrevista en video: hay una base de conversación, que es la médula del producto, susceptible de ser tapada con tomas de apoyo, música, fotos, efectos. Escribir es pensar en capas y en solapas.
Para escribir hay que estar dispuesta a recibir consejos esotéricos como que los audiolibros —al igual que la lectura en voz alta— entrenan la capacidad de reconocer la musicalidad a la hora de la autoedición.





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Apuntes fuera de órbita
- Una amiga ascendió profesionalmente (¡vaya qué ascenso!, estoy muy orgullosa de ella) y me propuso cederme su contrato anterior. Estamos hablando de una oportunidad económica particularmente abundante —casi me desmayo— que al final rechacé por no estar conectada con el yo que quiero ser. Le pedí un día para pensarlo, medité, lloré, volví al 2016, al 2019, al 2021, me vi en la conocida infelicidad laboral de mi veintena y finalmente me decanté por un no. Nadie dijo que tomar decisiones genuinas, basadas exclusivamente en el adentro, fuera fácil. Aparentemente no había nada que pensar: una oportunidad única de posicionamiento laboral, un sueldazo, una alternativa de mediano plazo para los asuntos económicos, pero un sector —y unas actividades, y una vida, y unos temas, y una forma de usar el tiempo— que ya no me pertenecen.
- En el trance reflexivo me di cuenta de que el trabajo en el que estoy ahora, años luz más cerca de mi presente intelectual y emocional, me ha traído un regalo insospechado: me ha permitido dejar de correr una carrera en la que no sabía que estaba inscrita. Por primera vez en casi una década, me detuve en seco, dejé que las pulsaciones se normalizaran, estiré los músculos desgarrados y me senté a mirar con una botella de agua en la mano. Me enfrié. Me rehidraté. Resulta que hay demasiada gente corriendo una carrera magnética que no tiene fin. Hay tanta concentración, tanta energía, tanta buena salud tirada a lo largo de la pista, que nadie en la carrera se da cuenta de que, como escribe Remedios Zafra, por culpa del trabajo hay millones de vidas privadas de vida.
- Cada vez que afronto disyuntivas laborales, se me dispara la chispa escritora. Solo se me antoja usar el tiempo en el que me doy golpes de pecho, en seguir escribiendo. Por sí solas, surgen más ideas, propuestas, alternativas y vías de experimentación para que eso que estoy haciendo y que aún no soy capaz de nombrar. Si a la vez leo autoras que me activan, completo la receta. Leer a María José Navia, por ejemplo, me pone en un modo escritor del que me siento orgullosa. (Gracias, María José). Es tan fácil renunciar a escribir —ya sea por la esporádica sensación de ridiculez, por el agotamiento después de leer y reescribir un mismo párrafo decenas de veces, o por no saber cómo resolver el atasco de un capítulo que ni avanza ni retrocede—, que encontrar nuevas baterías por ahí, en los cuentos y en las novelas y en los poemas, es como ver el destello del agua helada durante un ataque de sed.
- Estoy haciendo varias cosas por mi sistema inmunológico. Son días difíciles de guerra familiar, de explosiones no controladas, de verdades por fin puestas a secar en el tendedero, que me temo un bajón de defensas. Tomo solución de agua con vinagre de manzana en ayunas, jugo verde con psyllum y gotas de ortiga, una variedad de treinta verduras a lo largo de la semana y aromáticas de jengibre y cúrcuma. Cuando los sistemas familiares se descomponen, uno es un planeta fuera de órbita. Por fortuna, la situación sirve para que uno se pregunte, justamente, si debería seguir orbitando ese centro.
Collages
Estas son mis más recientes piezas. Recuerda que puedes pedir un print o un diseño personalizado a hola@paola-mendez.com



Gracias por ser parte de este camino. Sigo tomando apuntes.
Un abrazo.