Isquia
A veces trabajo de más y me hago daño. Entonces sueño y sueño como si no me despertara nunca, como si los sucesos al frente y detrás de mis ojos representaran un mismo universo. Ahí estoy caminando por el andén oriental de la carretera costera que conduce al norte de Isquia, sin nunca haber ido a Italia, en donde Lenù se liberó y sufrió y se conoció.
El día se está apagando. Llevo un vestido blanco en lino de esos que tienen huequitos en forma de flores, que a la vez tejen constelaciones con el asomo de la piel de la espalda. No me veo la cara, pero sé que estoy regando lágrimas para lubricar las sandalias y hacer más fresquito el camino, más intenso el roce del viento.
Compro crema de pistachos sin más, sin helado y sin repollitas. ¿Café para acompañar, quizás? No, nada, ni siquiera una cuchara. Me siento en el rezago —que también podría ser el regazo— de una muralla y me la como: puntos gruesos sobre la huella del dedo índice. Así hasta que me duele la cabeza, hasta que me devuelvo a Bogotá a pasar la noche, o sea, a escribir.









Con la punta de los dedos
[GRAN ANUNCIO]
En la última entrega del newsletter les conté que me invitaron a participar en un colectivo artístico —de ilustradores y escritores— que organiza una exposición anual: «Con la punta de los dedos». Bueno, pues se llegó la fecha y estoy muy emocionada.
El evento es este sábado 30 de noviembre en Bam House (Cra. 20 # 137-92), en Bogotá, a partir de las 5pm. Yo escribí un cuento con base en una ilustración. Habrá conversatorio, música, literatura y otras cosas chéveres. Así que les hago la invitación. La entrada vale COP $30.000 ($35.000 al ingreso). Si quieren asistir, pueden ponerse en contacto conmigo (DM en IG o al correo hola@paola-mendez.com) para reservar su lugar.
¡Las espero!
[Un videito para que se emocionen tanto como yo]
Collage
Esta es mi más reciente pieza. Recuerden que pueden pedir un print o un diseño personalizado a hola@paola-mendez.com
Gracias por ser parte de este camino. Sigo tomando apuntes.
Un abrazo.